domingo, 27 de enero de 2008

La Fuente del Avellano

Bordeando la colina de la Sabika a lo largo del río Darro, transcurre oculto un camino, que aún cerca de la ciudad, está acompañado de naturaleza. Flora y fauna peculiar para estar cerca de ambientes urbanos, pero realmente aquello, como toda la Sabika, es mágico y uno se siente en otro lugar, un lugar especial.

Al final de la senda, durante la cual se puede observar una vista distinta de la auténtica Granada, del Sacromonte, la Alhambra y el Albaicín, con la Catedral en el centro, se encuentra la Fuente del Avellano.



En ella fundó Ángel Ganivet la "Cofradía del Avellano" donde acompañado de las mentes más célebres de la época, se reunían en tertulia y alboroque para hacer crecer el espíritu.



Falla y Lorca frecuentaron el lugar, y a día de hoy se respira, como imagino que antaño, las sensaciones evocadoras de misticismo que hacen o hicieron de aquel lugar un sitio inspirador.

En este ambiente idóneo para la creación, cuyo camino está cobijado por placas de poesía y prosa por parte de grandes, nuestra sociedad actual lo tiene descuidado, lleno de pintadas ajenas a cualquier sensibilidad, basura que haría presagiar una masa deambulante que realmente no existe, porque el camino es raramente recorrido e incluso conocido.

¿Tanto hemos cambiado? ¿ese lugar sólo inspira basura a nuestra sociedad de hoy?, o tendría que llamarla "suciedad".

2 comentarios:

Silviamartín dijo...

Quizás no sea casual que sociedad y suciedad se parezcan tanto.

La verdad es que me ha trasmitido una mezcla extraña de sentimientos. Es el inconveniente de la sensibilidad, el que la tiene puede disfrutar mucho más lo bello pero también sufrir más la tristeza que suponen los irrespetuosos.

De todos modos, ese lugar que has descrito y cómo lo has hecho, me parece tan auténtico y tan puramente poético, que no me voy a dejar apenar por instintos de brutos.
Estoy deseando respirar allí.

Murgis dijo...

Este fin de semana visité la fuente del avellano. Es indudable que por alguna razón que se nos escapa el lugar de por sí es especial y misterioso, casi místico. También es verdad que está dejado de la mano de Dios, una pena: basura, pintadas... incluso la fuente estaba seca.. y los bordillos se caen a cachos. Deberíamos ponernos de acuerdo y presentar una queja al ayuntamiento.